Maracaibo; 26 de julio de 2015.- Sentado bajo la sombra de una mata a las afueras de su palafito, se encuentra Rafael Rivera. Contempla el oxido y lo corroído de las bases de su casa y no puede hacer otra cosa que pensar en la crisis del país. Envejecido y sin recursos recuerda que se ha dedicado 60 años a la pesca y “nunca hasta hoy se las había visto tan negras”. “El Gobierno tiene como ayudarnos a arreglar nuestros palafitos que se están cayendo, pero no lo hace porque somos adecos”, manifiesta sin pena cuando recibe la visita de Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, en su casa, ubicada en Puerto Pesquero Nazareth parroquia San Rafael del Moján del municipio Mara.

Su ropa desgastada, sus pies descalzos y el color quemado de su piel acentúan su vejez; pero como hombre mayor y proveedor de su casa expresa con claridad que al menos mil familias que viven en 600 palafitos, sienten el abandono gubernamental. “No tenemos electricidad. La cobran, pero no la disfrutamos. No limpian las aguas donde nos encontramos y nuestros muchachos se exponen al peligro viviendo entre contaminación y ruinas”.

La situación es mucho más grave en la Guajira expresan sus dirigentes a Guanipa. “El kilo de arroz que vale 150 bolívares en Maracaibo cuesta 300 en esta zona”. La inflación, la escasez y el desabastecimiento se hacen críticos.

Guanipa visitó varios vecinos y compartió el mensaje de esperanza y cambio que requiere Venezuela. “La Guajira venezolana vive con mayor profundidad la crisis del falso socialismo. La pobreza extrema aquí es la situación de todos. Maduro y su Gobierno es el responsable de todo esto y el pueblo está claro. Nosotros venimos a decirles que en medio de todo esto aún hay esperanza. Las ganas de luchar y de prosperar no nos la roba nadie. Sabemos que el 6 de diciembre comienza el cambio de este país y por ello trabajamos”.

Airaly Galué, administradora de 24 años, defendió su pueblo pesquero. “No soy acalde, gobernadora o concejal, pero sé en las condiciones que está nuestra gente. Todos los días les decimos a nuestros hermanos que despierten porque los necesitamos para cambiar nuestra situación”.

La producción y venta de pescado ha mermado por la crisis. Belisario Morán, pescador de la zona, explicó que la gasolina está regulada para aquellos que tienen chip, pero las lanchas no tienen. “Salimos a comprar gasolina más cara o a pedirle a alguien un poquito para poder trabajar y llevar el sustento a la casa. Entonces cuando ya nos metemos al lago llegan los piratas o la guardia no nos dejan trabajar. Los piratas nos atracan, pero a la guardia también tenemos que pagarles. Así que perdemos sin importar a quien nos encontremos. Incluso si no tenemos dinero los oficiales nos quitan pescado. Aquí no hay ley”.

Guanipa recordó que la zona pesquera de la Guajira venezolana es la zona donde se encuentran los barrios más pobres de Latinoamérica.  “Aquí vemos más de cinco comunidades en medio de la pobreza extrema. Las familias de Guerero, Indio Mara, Niño Bolivariano, Felix Loreto y Villa Uribá son muestra de ello. Este es el resultado de la patria nueva del Gobierno de Maduro. Los que votaron por primera vez por Chávez apostaron a él porque pensaron que no podíamos estar peor, pero hoy ven que sí. Sí estamos peor con esta gente y ahora es tiempo de corregir nuestro curso y trabajar por el cambio, por el futuro de nuestros hijos, por el progreso que todos merecemos”.