Gustavo Gandica: “Gobierno sigue sin cambiar el rumbo y aplica receta del desastre económico”


San Cristóbal, 04 de septiembre de 2014.- “Una receta para el desastre económico es lo que ha venido aplicando el gobierno nacional, y los tan cacareados anuncios de Nicolás Maduro, no hacen sino confirmar que se mantendrán en ese rumbo, acabando con el ya menguado poder adquisitivo de los venezolanos, y destruyendo el aparato productivo nacional”.

Así lo resaltó Gustavo Gandica, secretario general de Primero Justicia Táchira, luego de considerar que el llamado “sacudón económico” se limitó a un cambio de nombres sin un verdadero efecto en la economía nacional, pues la salida incluso del “superministro” Rafael Ramírez, solo demostró que el gobierno no está dispuesto a asumir el precio político de medidas anunciadas como un hecho por Ramírez a los inversiones internacionales tales como la unificación del tipo de cambio y el aumento del precio de la gasolina.

--Pese a que éste es el único año no electoral que tenía Nicolás Maduro para emprender un verdadero cambio en las políticas económicas, no pudo más que recular y seguir haciendo malabares para mantener las distintas cuotas de poder entre las divididas filas de la burocracia roja. Sin embargo, no parece mostrar ningún interés para ajustar el cinturón en el gasto corriente y limitar el dinero circulante a las reservas internacionales, a fin de frenar la liquidez y disminuir una inflación anualizada que ya estaría rondando el 90 por ciento, cifras que mantienen ocultas desde mayo, quizás esperando ver cómo maquillan el caos en el cual nos han sumergido con su ineficacia---, aseveró.

Gandica explicó que a fin de seguir “financiando” el déficit fiscal que han provocado con el excesivo gasto y el mal manejo de la hacienda pública, el gobierno obliga al Banco Central de Venezuela a servirle de caja chica, produciendo dinero inorgánico, es decir, aquel que no está respaldado por las reservas internacionales obtenidas gracias a la producción nacional –principalmente exportación petrolera-, sino al autofinanciamiento con papeles o bonos de la deuda pública.

---El Banco Central, al adquirir un bono de la deuda, mediante un asiento contable, acredita el monto en bolívares en la cuenta del Tesoro Nacional y crea dinero inorgánico que el gobierno puede sacar a la calle sin ningún tipo respaldo. Con esta política de emisión de dinero inorgánico por parte del BCV, la liquidez ha aumentado masivamente y ya en 2013 se situaba por encima de los 280 millardos de bolívares. Esto presiona la demanda de bienes y servicios cada vez más escasos, derivando en una mayor inflación. Mientras las políticas económicas del país no cambien su rumbo, seguiremos en este ciclo vicioso, de más dinero por menos productos, mayor especulación y corrupción, con la consecuente pérdida del poder adquisitivo--, afirmó.

Agregó que paralelamente se debe ajustar el tipo de cambio, el cual simplemente ha estimulado una economía de puertos, pues cuando se sobrevalua el precio de la moneda nacional se disminuye la rentabilidad y competitividad de las exportaciones no petroleras y crece la dependencia a las importaciones, desestimulando la producción nacional pues lo importado vendría con un subsidio indirecto. De allí la necesidad de despenalizar el mercado paralelo, para que se convierta en una opción legal para la obtención de divisas y permita ir ajustando el tipo de cambio.

--No podemos seguir siendo cada día más pobres por la falta de coherencia gubernamental. Se requiere activar la producción de bienes y servicios, y no generar más dinero inorgánico de manera irresponsable, para atenuar las crecientes cifras inflacionarias. Es necesario exigirle al gobierno seriedad y disciplina al llevar las cuentas del país para tratar de lograr de nuevo el equilibrio macroeconómico--, concluyó.

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