Guanipa: “Es admirable que en medio de tanto abandono la gente no pierda la esperanza de cambio”


Maracaibo, 25 de julio de 2014.- Para ingresar al barrio Mi Esperanza hay que saltar charcos y esquivar aguas negras. Eso fue lo primero que afirmó Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia en el Zulia, en su visita al barrio ubicado en el sector El Marite de la  Parroquia Venancio Pulgar de Maracaibo. Reconoció la importancia de que la gente esté organizada que, en este caso, es lo que ha ayudado a la comunidad a evolucionar.

“El barrio Mi Esperanza nació hace 34 años y lo vemos bastante mal. Hace algún tiempo lo veíamos echar pa’lante por el empuje de la gente y la inversión de recursos en la zona, pero muchas cosas se quedaron a la mitad y otras con el tiempo se han deteriorado. Así terminan mucho de los barrios de Maracaibo, con todo inservible. La gente se cansa muchas veces de pelear por la calidad de vida que se merecen y se resignan a lo que tienen. Es realmente lamentable que ningún organismo competente haga lo que le corresponde y a la vez admirable que en medio de tanto abandono gubernamental la gente no pierda la esperanza de cambio”.

Oscar Palencia, carpintero y vecino de la comunidad, se mostró preocupado por el futuro de sus nietos y con un nudo en la garganta expresó: “Mi esperanza es que en un futuro mis nietos no caminen en fango. Vivimos en un país muy rico. Hace 20 años me vine de Colombia y me quedé porque amo mi barrio y sigo con la ilusión de un futuro mejor. Tenemos que unirnos en todo sentido porque en la unión está la fuerza. Hasta políticamente hay que unirse en el consejo comunal”.

Por su parte Mauricio Urdaneta, luchador social de la comunidad, aseguró que es bueno tener esperanza, pero eso sin exigirle a la gente lo que debe hacer, no daría resultados. “A Maduro le exigimos que haga llegar la ayuda para embaular la Cañada Fénix y al señor Arias Cárdenas que recuerde que cuando llegó a la Gobernación dijo que todo estaba mal, pues nosotros sabemos que después de dos años todo está peor. No puede ser que en esta patria tan millonaria Mi Esperanza siga en abandono y decidía. Ya no aguantamos más”.

En Mi Esperanza hay botes de aguas blancas que dañan el asfaltado existente desde la calle tres a la calle 10. Las cloacas se desbordan porque no tienen la capacidad para todas las casas. Los vecinos viven en zozobra a causa de las lluvias puesto que cada vez que llueve se crece la Cañada Fenix y pierden enceres. La basura no la recogen. No hay seguridad, lo que se acrecienta por la falta de alumbrado público. De 80 postes sólo funcionan 20.

Darío Sánchez, habitante del sector, manifestó que “en vez de ir pa’lante, van para atrás”. “Aquí no hay carro que pase porque las vías están deplorables. Exigimos que culminen la tercera etapa del barrio y que decidan arreglar todo lo que dejaron a medio andar y ahora está deteriorado”.

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