Maracaibo, 18 de marzo de 2014.- Luego de que fuese anunciada el pasado domingo la denominada “Tarjeta de Abastecimiento Seguro” para la compra de productos en todas las redes de comercialización del Estado, Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, rechazó ese mecanismo porque, a su juicio, no representa una medida provisional sino que es la tarjeta de racionamiento que ha llegado a Venezuela para quedarse.

“El Gobierno sigue negado a asumir su responsabilidad y afrontar sus errores para enmendarlos. Con esta tarjeta de racionamiento el Gobierno, lejos de atacar el problema del desabastecimiento, lo que busca es distribuir la escasez. Han asumido la escasez, el desabastecimiento y la falta de producción como la realidad del país. Han asumido que no vamos a salir de ella y por eso implementan este tipo de mecanismos para distribuir lo poco que hay. Bajo este esquema la tarjeta no es un ‘mientras tanto se solucione la crisis’, es un ‘para siempre’ y el Gobierno quiere que adoptemos ese modo de vivir”.

Guanipa señaló que este tipo de políticas del Gobierno lo que han producido es más escasez. Informó que en diciembre de 2013, la escasez fue de 22.2 por ciento; enero 2014, 28 por ciento; y en febrero no hay cifras oficiales.

“La cosa está tan fea que el Gobierno no se atreve a publicar la cifra de escasez de este mes. Según  el estudio "mystery shopping" realizado por Datanálisis en 71 establecimientos en siete canales de distribución hay 47.7 por ciento de escasez y es una falta de respeto que el Gobierno en vez de estar promoviendo el fortalecimiento del aparato productor y asignando las divisas necesarias para abastecer el mercado mientras elaboramos nuestros propios productos; asuma la posición de asignar a cada quien, a través de un censo, lo que puede o no consumir”.

Detalló que la tarjeta de racionamiento es impopular en la población venezolana. “Tan impopular es la tarjeta de racionamiento que han optado por ponerle beneficios rojos, como sortear viviendas, vehículos y hacer rifas. Esta es una razón más que sigamos protestando en la calle de manera pacífica y obliguemos al Gobierno a sentarse a discutir en igualdad de condiciones y se solucionen los problemas. Cosa que hasta ahora no ha ocurrido. Si yo digo que no he cometido ningún error ¿por qué tengo que rectificar? Esa es la actitud del Gobierno. Pero la realidad le va a estallar en la cara. Por eso estoy convencido de que la protesta pacífica no puede ceder. En la calle tenemos que mostrar nuestra inconformidad con las políticas de este Gobierno que lleva 15 años de desgobierno y de obsesión ideológica que acabaron con el aparato productivo del país”.