Entrevista a Ramón Muchacho: Soy un maracucho con roaming


Maracaibo, 01 de febrero de 2014.- Son casi las 10: 30 de la mañana, el alcalde del municipio Chacao, en Miranda, Ramón Muchacho, ya ha tomado el segundo refresco del día. Reconoce que su esposa le reprocha este mal hábito, del cual no logra librarse. Un chocolate y una barra energética también se encuentran sobre su escritorio.

Accede a dar la entrevista en su oficina, en el piso seis, del edificio Atrium. Poco después saldrá a un acto político de la MUD en el que servirá como anfitrión en el Teatro Chacao, es el primero, le preocupa llegar tarde. Apenas tiene un mes al frente del municipio con los mayores recursos por habitante de la Gran Caracas.

Afirma sentirse plenamente comprometido. Sabe que tiene un gran trabajo por delante. Su antecesor, Emilio Graterón, perdió las primarias, al ser rechazada de forma clara su gestión, convirtiéndose así en el primer alcalde de Chacao, desde 1989, en no ser reelecto. 

“Los electores de Chacao no le perdonan a sus alcaldes que en el municipio con el mayor número de recursos por habitante y por kilómetro cuadrado existan los mismos problemas que hay en cualquier otro municipio de la capital”, explicó Muchacho, nacido en el Hospital Coromoto, de Maracaibo, y quien con 17 años cruzó el Puente con deseos de conquistar Caracas.

Al llegar a la ciudad capital se instaló en Altamira, zona del este de la capital, y se matriculó en la Universidad Católica Andrés Bello de donde obtendría, cinco años después, la licenciatura en derecho. Estudios internacionales precedieron su formación; sin embargo, apuesta a la empresa pública, donde realmente se siente apasionado.

— ¿Por qué la Alcaldía de Chacao y no la de Maracaibo?
— Es un tema de conexión, ya tengo más años en Caracas y en Chacao que en Maracaibo. Lo importante es tu conexión directa con el municipio, al final es un tema de conexión. Chacao es un municipio de valores muy arraigados como innovación, eficiencia, libertad, democracia.

— ¿Qué hace un maracucho en esta alcaldía del este caraqueño?
— Estamos empeñados en hacer la mejor gestión pública que se ha hecho en Venezuela, que sea ejemplo. Queremos tener una gestión muy eficiente en todos los servicios. El maracucho no pierde mucho tiempo filosofando, somos hacedores de cosas. El maracucho es muy práctico, esa es mi visión de mis paisanos. Venimos a hacer las cosas, no a debatir, venimos a hacer.

Muchacho fue bautizado con el nombre de su abuelo paterno, viene de un linaje de más de 110 años de trabajo en el ámbito privado. Su bisabuelo fundó en Valera la empresa Muchacho Hermanos, que después fue llevada a Maracaibo, donde ya cuenta con varias sucursales. “Pocas cosas duran 100 años aquí”, dice con orgullo.

“Mi abuelo fue pionero en el negocio de los carros. Una de las primeras ensambladoras la montó mi abuelo y sus hermanos en los Andes. Mi abuelo se va a Maracaibo y trae el negocio. Por muchos años vendió Chrysler, hasta el 70 que Chrysler quiebra, ahí comienza a vender Ford. Desde que llegó el primer carro a Venezuela mi familia está en el negocio”, indica. Por el otro lado, explica que su familia materna está vinculada con la labor agrícola, el ganado, el plátano, el trabajo de la tierra.

— ¿Te consideras un niño bien?
— Yo soy un niño de bien, más bien un muchacho de bien. Soy afortunado por la familia en que nací, por las posibilidades que me brindaron tanto ellos como mi país. Me dieron todo lo que podía necesitar desde el punto de vista personal, humano, emocional, económico. Mi familia me permitió conocer el mundo más allá de Maracaibo, y no pensar que Maracaibo era el principio y el fin del universo. He sido privilegiado, he tenido las posibilidades que la mayoría de los muchachos no tienen y, eso me genera un compromiso. Todo lo que he hecho es recibir en mi vida y estamos aquí para devolver.

Con 41 años llega a la alcaldía de Chacao, luego que su antecesor, Emilio Graterón, perdiera las primarias de febrero de 2012 por casi 20 puntos de diferencia (19,8). En las elecciones de diciembre le ganó a Titiana Azuaje con el 84,63% de los votos escrutados.

Afirma que con el mismo ímpetu con el que barre el primer día lo hará al final, rompiendo con el presagio popular que reza: “Toda escoba nueva barre bien”. Se reconoce fiebrúo con el cargo y deseoso de marcar una impronta en la localidad.

“Yo soy así, yo genéticamente soy así, yo nací así: como barro el primer día voy a barrer el último. En el camino nos cansaremos, este es un trabajo duro, pero la emoción, las ganas con las que hago el trabajo no van a cambiar. Este es el trabajo de mis sueños, no quiero hacer otra cosa, sino esto”.

—¿Qué tan regionalista eres?
— Maracucho regionalista es como una redundancia. Si se es una cosa se es la otra. Soy maracucho y me siento muy maracucho, me siento zuliano, amo al Zulia y a sus tradiciones. Me encanta el patacón, el queso, los tequeños. Voy a Maracaibo y me siento en mi casa, pero también me siento muy venezolano, muy caraqueño, llegué a Caracas a los 17 años y me conecté inmediatamente con la ciudad, sabía que mi futuro estaba en la ciudad.

—¿Por qué esa determinación?
— Sentí la necesidad de independizarme. Me vine a estudiar, siempre sentí una atracción muy especial. Desde muy pequeño me gustó la política y al final Caracas es el asiento de los poderes públicos. Yo desayunaba viendo el programa de Carlos y Sofía, “Buenos días Venezuela”, a Damelis Díaz y en la noche a Pedro Palma en “Enfoque”, eso era lo que me gustaba. Mi atracción por los temas públicos, la economía fue natural y Caracas era el sitio para eso. Soy muy maracucho y, al mismo tiempo, soy caraqueño.

En la ciudad capital se convirtió en el primer prefecto no caraqueño que llegó a la Alcaldía Metropolitana. Su oportunidad llegó con el gobierno de Alfredo Peña, cargo que lo alejó de las comodidades del este y le enseñó el verdadero país. “Caracas fue mi PHD en conocer la Venezuela profunda, ver la cara de la pobreza de frente, fue un contacto crudo, directo con la verdad”.

Sin embargo, reconoce que muchas personas lo recuerdan no paseando por los barrios capitalinos, sino por su papel en Sábado Sensacional, casando a personas cuyas parejas las llevaban engañadas y, en vivo y directo, le proponían matrimonio.

Entre risas recuerda que la propuesta partió de Alfredo Peña y solo puso dos condiciones: que la pregunta a los novios se las hiciera Daniel Sarcos, por si acaso alguna rechazaba la propuesta y comenzaba “un llanto y una cosa”, y que le permitieran dar un mensaje de tolerancia y unión familiar, luego de realizado el matrimonio. Más de 10 parejas fueron casadas por el prefecto rating, quien aún no alcanzaba los 30 años.

— ¿Es Chacao una plataforma a Miraflores?
— Lo peor que uno puede hacer es ver los cargos públicos como trampolines para otras cosas, no terminas de hacer bien el trabajo, te desenfocas. El futuro es incierto, no sabemos cuáles son las realidades que se van a plantear y a dónde vas a llegar. Nuestro foco es Chacao, sin distraernos en espejismo, en señuelos.

Por los momentos, Muchacho se encuentra en el centro de Chacao, con amplios ventanales a su alrededor. Sabe que ha cruzado el puente a diferencia de sus compatriotas políticos.

“Yo soy un maracucho con roaming. A los maracuchos les ha ido mal en política, todos los gobernadores del Zulia han intentado ser presidentes y no han llegado. Maracaibo es muy particular, tiene estilos muy distintos, es una idiosincrasia muy particular. El gobierno pasó 14 años hasta que logró poner un gobernador y eso porque exiliaron a Manuel Rosales. Hay unas diferencias muy marcadas, pero yo tengo roaming, por lo menos a Chacao llega el roaming”.

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