Las Fuerzas Armadas tienen la tarea especialísima de portar y custodiar las armas del pueblo venezolano y el uniforme que los representa. Ello obliga a sus miembros a observar una conducta distinta al resto de los venezolanos. La condición de ciudadanos en uniforme supone una serie de principios que son para los justicieros inviolables.
En primer término, la Fuerza Armada debe estar subordinada al gobierno civil. Ello supone el carácter obediente que deben tener las fuerzas armadas a las instituciones civiles bajo cualquier circunstancia.
En segundo lugar, las Fuerzas Armadas deben ser no deliberantes. Jamás deben ser parte activa del debate político de la sociedad civil, sino por el contrario, derivado del principio de obediencia, deben ser los guardianes de las reglas de juego y de las instituciones sociales.
En tercer lugar está el principio de especialidad, que circunscribe a las Fuerzas Armadas a un ámbito de tareas relacionadas con la defensa de la nación venezolana de cualquier agresión externa y el mantenimiento de la seguridad de la misma al facilitar, de acuerdo a los principios anteriores, el libre desenvolvimiento de las instituciones civiles.
Primero Justicia es declaradamente civilista. Creemos en unas Fuerzas Armadas no políticas, no partidistas, profesionales, no deliberativas, obedientes y subordinadas a la sociedad civil a través de sus instituciones.