Caracas, 18 de diciembre de 2015.- Porque al final, el modelo HEGEMONICO propugnaba una suerte de consolidación por medio de sistemáticas elecciones que les permitiera asumir el control de todo y darle el discurso de mayoría para llevarse por el medio a todos. Por ello reflejan el miedo en cada amenaza, porque no saben cómo ser oposición. Y es que su modelo HEGEMONICO no da espacio para ser oposición y allí empieza la contradicción.
El modelo de proyecto político que formaron desde el poder se los está devorando. La propia construcción del proyecto “revolucionario” ha sido la mejor pólvora de la bala que hoy los mata sin piedad. Son más de 15 años dedicados en cuerpo y alma a estructurar y consolidar un proyecto político para transformar radicalmente nuestros modelos de relaciones económicas, políticas y sociales. Mucho fue lo que se destruyó sobre todo a nivel institucional: tantos nombres se cambiaron, todos los símbolos nacionales se transformaron, liderazgos políticos que quedaron en la carretera molidos por el trapiche del desencuentro y la lucha política. En fin, tanta agua ha pasado debajo del puente que pretender hacer un inventario de sucesos y acciones tomaría gran cantidad de hojas.
Desde el poder todo se hizo con claridad de objetivos pues todo este esfuerzo y dinero se utilizó para tomar todos los espacios de la vida nacional. Seduciendo, convenciendo, arrebatando, coaccionando o desapareciendo, se fue construyendo un proyecto personalista y mesiánico que hoy se hace intergaláctico y supremo.
En nombre de la justa lucha por la inclusión de tantos excluidos y del sueño de construir el hombre nuevo, se consolidó el “socialismo del siglo XXI”, se montaron las bases de un verdadero proyecto político HEGEMONICO que se alimenta de la polarización política, del odio como forma y de la división como costumbre.
Pero la vida se torna irónica y todo ese dineral invertido durante los últimos años, todo ese despilfarro y regalos, toda la discrecionalidad en el manejo institucional, toda la partidización y militarización de la sociedad, solo ha servido para construirse la mejor trampa en la que hoy están metidos, que los desestabiliza y desorienta. Pero lo peor de todo, los pone a cometer los peores errores políticos de actuar por reacción y presos de un profundo miedo.
Todo este cúmulo de arrebatos de locura se han provocado como producto del #6D, luego de un proceso electoral al cual asistieron con la más profunda convicción de que sería otra de las tantas citas plebiscitarias en la que saldrían victoriosos, pero que la final perdieron y destruyó todo su concepto y campaña a favor de las citas electorales. Porque al final, el modelo HEGEMONICO propugnaba una suerte de consolidación por medio de sistemáticas elecciones que les permitiera asumir el control de todo y darle el discurso de mayoría para llevarse por el medio a todos.
Montaron elección tras elección, utilizando el voto como la mejor herramienta democrática para instaurar el mejor de los modelos totalitarios, construyeron un sistema electoral mayoritario, donde redujeron la proporcionalidad dejando solo un 30% de representación al voto lista, modificaron las circuitos electorales a discreción, trampearon la base poblacional para quitar diputados a unos municipios y ponérselos a otros tratando de arrebatar diputados de forma previa, sacaron ministros – candidatos que con absoluto descaro utilizaron bienes del Estado y regalaron cuanta cosa pudieron importar. En fin, ese mismo sistema electoral mayoritario les paso la factura, ese que hasta ayer fue el MEJOR SISTEMA ELECTORAL DEL MUNDO, hoy les tira la puerta en la cara y les cobra con ganas el estar del otro lado de la acera.
No lo entienden, se niegan a aceptarlo, comienzan a acusarse unos contra otros, y con poco espacio para la reflexión pero con mucho para la reacción destemplada, buscan formas para salvaguardar lo que el mismo sistema que construyeron les está quitando sin piedad. Por ello reflejan el miedo en cada amenaza, porque no saben cómo ser oposición. Y es que su modelo HEGEMONICO no da espacio para ser oposición y allí empieza la contradicción. Por ello, las próximas semanas serán de mayor cambio para el país. El próximo 5 de enero se instalará una nueva Asamblea Nacional. En este tiempo por llegar mucho dirán y mucho amenazarán, pero sin duda estamos por ver la mejor muestra del fin del modelo, porque al final, el deseo de Cambio que manifestó Venezuela es indetenible.