Caracas, 11 de enero de 2015.- Cuando vemos que las medidas de este gobierno para la recuperación económica de nuestra Venezuela, en este 2015, son salir corriendo para ver si los chinos le prestan más dinero y visitar algunos países de la Opep, con la finalidad de persuadirlos, para tomar medidas que permitan que los precios del petróleo suban, queda claro que la irresponsabilidad y la improvisación son lo cotidiano y lo común.
¿Cuántas veces nos dijeron que el petróleo puede llegar a cero y nuestra nación estaba blindada? Ahora resulta que andan buscando dinero. ¿Cómo es eso? No se ponen de acuerdo para mentirle al pueblo. Un día dicen una cosa y después dicen otra mentira totalmente distinta. Por eso no tienen ningún tipo de credibilidad ante nuestro pueblo.
No terminan de entender que el tiempo se les acabó. El país quiere escuchar ya un plan con soluciones a la escasez, a la inflación y al caos económico, no gamelote, ni la burla de una supuesta guerra económica.
Ahora andan diciendo que consiguieron de China, un nuevo financiamiento por más de 20 mil millones de dólares. Que ningún venezolano se deje confundir por estos irresponsables. Ese financiamiento no significa el desembolso de dinero contante y sonante, para importar todo lo que nuestra Venezuela necesita.
Detrás de esos “acuerdos”, hay muchas letras pequeñas. Esos dólares no son recursos líquidos que se puedan utilizar para las importaciones de lo que se necesita con más urgencia: alimentos, medicinas, insumos para el campo y para la industria. Esos 20 mil millones de dólares “negociados” (de los que no nos muestran un solo documento firmado), se refieren a inversiones “posibles” en telecomunicaciones, aviones militares k8 o flotas de taxis.
Nuestro pueblo tiene que saber, además, que el gobierno no solo paga con petróleo esos financiamientos, comprometiendo nuestras divisas, necesarias para importar alimentos, medicinas, insumos médicos y repuestos, sino que muchos de los negocios que deben hacerse, al igual que las importaciones, deben ser con empresas chinas. Entonces, ¿quién o quiénes son los que ganan con esos acuerdos?
El gran déficit con el que el gobierno de Nicolás inició 2015, complicará más la situación. Durante estos últimos días, la escasez comenzó a sentirse con más fuerza en Caracas y se agrava en otros estados del país. ¿Quién es el responsable de esta situación? Los del gobierno. La crisis económica es el resultado de un modelo fracasado, corrupto e impuesto por quienes están en el poder en nuestro país. Se dedicaron a confiscar y expropiar tierras y empresas, destruyendo la producción nacional.
Ahora todo hay que importarlo y pagarlo en dólares que no hay, porque despilfarraron todos los recursos que ingresaron a nuestra Venezuela, producto de la bonanza petrolera, acabaron con la producción y, para colmo, se robaron los dólares.
Para solucionar esta crisis lo primero es reconocer la naturaleza del problema económico, que va más allá de los precios del petróleo. Nuestro país empezó a transitar por esta crisis mucho antes de la caída del crudo y un gobierno serio, cuya economía depende 96% de los ingresos petroleros, tomaría previsiones porque es imposible que los precios del crudo se mantengan constantemente, y por siempre, por encima de los 100 dólares el barril. Hoy, no solo dependemos más que nunca del petróleo, sino que no tenemos ahorros.
Pero son tan cínicos que con sus declaraciones para justificar lo injustificable, lo que hacen es subestimar la inteligencia de nuestro pueblo. La solución no es ocultar los problemas y censurarlos, es tomar acciones que den tranquilidad a los venezolanos.
Prometen normalizar el suministro de alimentos, pero la realidad es que las colas se multiplican a lo largo y ancho de nuestro país, y esto es solo una pequeña parte de la crisis que estamos viviendo, quizás la que más sentimos, porque se trata del día a día. Por eso nuestro pueblo comienza a desesperarse y se le agota la paciencia. Esperamos que no sea a eso a lo que están jugando desde el gobierno, para crear situaciones que solo los beneficiarían a ellos.
Es evidente que los venezolanos no tenemos ningún futuro con Nicolás en el poder, ha quedado demostrado no solo su poca capacidad para manejar el país, sino además su falta de voluntad para hacer los correctivos necesarios. Nuestro pueblo, sobre todo el que aún cree en ese proyecto, tiene que entender, que nuestra Venezuela no saldrá de la crisis con este gobierno, por eso hoy más que nunca debemos unirnos para impulsar el cambio.
2015 está obligado a ser un año de cambios y eso pasa por la unión y la organización de cada comunidad en nuestra Venezuela. No nos cansaremos de decir que este país tiene más futuro que pasado, tenemos más futuro que presente y por eso nos atrevemos a decirlo, porque tenemos la certeza de que juntos podemos construir una Venezuela de progreso y oportunidades para todos. ¡Vamos Venezuela, que sí podemos, sobran razones para unirnos!