Caracas, 27 de octubre de 2013.- Este modelo fracasó, no sirve, y cuando algo no sirve hay que cambiarlo. Por eso los venezolanos quieren un cambio, lo exigen, porque saben muy bien quiénes son los culpables de que las familias venezolanas estén pasando más trabajo que nunca, porque cada una de las metas y de los proyectos que tú y los tuyos quisieran lograr son imposibles en medio de tanta improvisación, tanta corrupción y tanto sinvergüenza enchufado al poder.
Por eso es que debemos votar este 8 de diciembre pensando en nuestro futuro y cortando todos los chantajes que desde Miraflores mantienen al país en el pasado. Es a los del partido de gobierno a quienes no les conviene que tú progreses para que quienes más necesitan sigan dependiendo de la burocracia que actualmente te separa de tu futuro.
Así de sencillo: con ellos en el poder es imposible que tengamos el futuro de progreso que Venezuela merece. La muestra de eso es que mientras más y más obstáculos ponen los politiqueros, más ganas le pone nuestra gente al día a día para poder mantener viva la esperanza. Pero eso no es justo: piensa por un momento si todo ese empeño que pones cada día lo hicieras en un país que te brindara las oportunidades para crecer. Piensa y mira lo grandes que seríamos todos progresando juntos.
Piensa en esa familiar o vecina que todos tenemos y consigue resolver criar a sus muchachos lejos de la violencia y con mucho esfuerzo. Piensa en esos jóvenes y las ganas que tienen de trabajar y empezar a ganar experiencia. Piensa en los maestros que están invirtiendo todo su tiempo en lo que va a ser nuestro futuro. Piensa en los médicos y las enfermeras que no se dejan vencer por la impotencia del derrumbe que son los hospitales y salvan las vidas con lo poco que tienen en sus manos. Piensa en cada venezolano que sale a ganarse la vida con honestidad y sin dejarse manchar por la corrupción ni la viveza.
Piensa en cómo será Venezuela cuando ese esfuerzo de cada uno tenga en sus gobernantes a unos compañeros de camino y no a una manada de malandros, cómplices del delito y payasos de la politiquería. Piensa en eso y dime si este país no merece que el 8 de diciembre todos vayamos a votar para conseguir que en cada rincón de este país quede constancia de que queremos un país mejor. Lo merecemos y podemos tenerlo.
¡Nosotros somos ese país mejor e indetenible, lleno de futuro y de progreso!
Yo estoy seguro de que cuando en Venezuela se gobierne verdaderamente de la mano con el pueblo, toda esta fuerza y todo el talento que no se ha dejado derrumbar por los ineficaces nos hará el país grande que queremos. Por eso es importante entender y hacerle saber a quienes nos rodean que si la vida que tienes no se parece a la que te gustaría tener y a la que quisieras para tu familia y para tu comunidad, entonces el 8 de diciembre es la oportunidad de gritarlo claro y fuerte con tu voto.
El 8 de diciembre se trata de elegir entre dos formas de hacer las cosas. Ese día vas a tener oportunidad de elegir entre la vida que Nicolás Maduro y sus cómplices quieren para ti y la que tú mereces tener. Él sólo quiere más poder, mientras tú lo que quieres son soluciones. Mira lo que ha pasado en esas alcaldías donde la franela roja sólo sirvió para robar campante y mostrarle al país de cuanta cochinada son capaces esos que cuentan con la bendición del partido.
¡Que se den cuenta de que se les acabó la vaina! Más nadie está dispuesto a que lo obliguen a pensar de una manera como chantaje para obtener lo que por ley merece cada ciudadano de este país. Llegó la hora de trabajar para sacar este país adelante, y todos esos vagos y flojos que están chupándose la plata del Estado son los únicos que están de más.
Que sigan viendo fantasmas y enemigos en todos lados. ¡Aquí hay un liderazgo político que viene a trabajar y sabe hacerlo en equipo! Los sinvergüenzas son los únicos que no tienen cabida en el progreso.
Los venezolanos tenemos claro que no se trata de una elección presidencial. De eso no hay duda, pero el asunto es que aquí no sólo ha fracasado el Presidente de la República, sino cada uno de los que han llegado al poder jugando con la esperanza del pueblo y usando su partido como una licencia para hacer lo que les da la gana.
El modelo que propusieron está haciendo agua por todas partes. Fracasó y no saben cómo salir de la crisis, porque hasta se robaron la plata que antes usaban para tapar sus fallas a billete limpio. Son víctimas de sus propias mentiras y de su propio malandraje.
El 8 de diciembre la cosa está clarita: se trata de elegir entre lo que quieren Nicolás Maduro y sus cómplices, que no es otra cosa que dejar las cosas como están para no moverse de sus enchufes, o elegir el futuro que podemos construir junto a punta de trabajo y voluntad.
Es la hora de sacar este país adelante desde cada rincón, cada pueblo, cada ciudad. Tú sabes qué es lo que debes hacer. ¡Así que no dejes que nada te detenga! ¡Que Dios bendiga a Venezuela!