Cumaná, 27 de julio de 2015.- “Más de doce horas al día pasan los sucrenses en colas para poder comprar comida e insumos básicos”, denunció este lunes la candidata a la Asamblea Nacional por el circuito tres del estado Sucre y coordinadora regional de Primero Justicia, Milagros Paz, quien destacó que en la entidad existe una crisis severa de desabastecimiento, que incluye alimentos básicos como carnes, harina de maíz, pastas y hasta materia prima para la fabricación de pan, así como productos de limpieza y aseo personal.
Paz aseveró que los sucrenses que acuden a los supermercados, tanto de la red pública (Mercal, Bicentenario y Pdval) como de cadenas privadas, sufren diversos tipos de violencia, desde el hecho de iniciar colas en horas de la madrugada o la noche anterior, hasta maltratos por parte de funcionarios de los cuerpos de seguridad, trabajadores de los supermercados y confrontaciones generadas entre los usuarios que acuden a adquirir productos.
“El saldo ha sido negativo: ha habido heridos, personas fallecidas, los alimentos no son accesibles para todos, se generan distorsiones como el denominado “bachaqueo” y los controles gubernamentales aplicados como las compras por terminal de cédula de identidad y sistema biométrico, que aún se implementan en Sucre, son poco efectivos para abastecer a los sucrenses y para controlar la situación en general”, señaló, tras agregar que parte de la crisis en insumos obedece a la dependencia de las importaciones y al quiebre de la producción nacional.
Al respecto, anunció que desde la Asamblea Nacional impulsarán la Ley de Incentivos a la Producción Nacional, instrumento que servirá para promover la economía productiva, ofrecer oportunidades de crear empresas a más de cinco millones de personas que laboran en la economía informal y brindar incentivos a quienes se dediquen al Hecho en Venezuela.
Aseveró que este proyecto de ley agilizará trámites para la obtención de créditos, garantizará el respeto a la propiedad privada, ofrecerá seguridad a empresarios para que puedan promover estabilidad y generar puestos de empleo a través del trabajo en conjunto del Estado y el sector privado, disminuyendo el burocratismo. “Con esto podemos empezar a producir insumos que no tenemos en el país, fomentar el crecimiento económico y potenciar las exportaciones” resaltó.
Con producción nacional se combate no solamente la escasez y el desabastecimiento, sino que a mayor producción disminuye la inflación y se genera mano de obra, lo cual permite reducir el desempleo.
La dirigente justiciera señaló que la aprobación de este tipo de leyes solo será posible con una mayoría contundente en la Asamblea Nacional. “Hay mucho descontento, todos los venezolanos padecen las inclemencias del desabastecimiento y la escasez. Llamamos a los venezolanos a que castiguemos con el voto el 6 de diciembre a los culpables de este caos, al Gobierno corrupto e ineficiente”.
Gestión de gobierno negativa
Para evaluar la gestión de gobierno de cualquier país se toman en cuenta tres variables económicas: el Producto Interno Bruto (PIB), la inflación y el desempleo. En todas, el gobierno de Nicolás Maduro está raspado.
El gobierno nacional insiste en responsabilizar a la guerra económica, a los oligarcas, a la extrema derecha, al sector privado y a los factores de la alternativa democrática del caos económico y social que vive Venezuela.
Pdvsa genera el 97% de las divisas que entran al país. Pdvsa está en manos del Psuv.
El Banco Central de Venezuela y el Ministerio de Planificación y Finanzas, al igual que Cencoex, que son los entes encargados de otorgar las divisas. Todos estos organismos están en manos del Psuv.
La mayoría de la Asamblea Nacional, encargada de aprobar todos los créditos adicionales que incrementan el gasto público en detrimento de Venezuela, está en manos del Psuv.
El modelo económico fracasado del Psuv ha llevado a todo tipo de aberraciones: políticas en contra del sector privado nacional, control de precios, expropiaciones, regulación de utilidades con un tope máximo de 30% y el más salvaje, el control de cambio con 3 tipos de cambio: a Bs. 6,30 por dólar; a Bs. 12 por dólar y a Bs. 200 por dólar), con una diferencia de más de 3.000% entre el límite inferior y el superior.
Los “enchufados” reciben dólares a Bs. 6,30. El venezolano común debe recurrir al Simadi que está aproximadamente a 200 y en la mayoría de los casos se debe recurrir al mercado paralelo, el cual ya se ubica por encima de Bs. 600 por dólar. La diferencia entre el límite inferior y el paralelo es de 6.000%, situación que llevó a la producción nacional a la quiebra.
La inflación en Venezuela es la más alta del mundo y ha sido estimulada por un BCV que ha emitido dinero inorgánico al mercado nacional para estimular la demanda. Pero el sector productivo no está en la capacidad de equilibrar el mercado.
Venezuela vive una estanflación, es decir, una inflación con estancamiento que generan los dos males más visibles de nuestra economía: la pérdida del poder adquisitivo de los sectores más humildes de la población y el desabastecimiento más escandaloso de nuestra historia patria.
Con todos los ataques al sector productivo nacional las inversiones nacionales y extranjeras buscan otros destinos y se genera un elevado nivel de desempleo. Este fenómeno ha sido aprovechado por el régimen para crear más burocracia ligada al aparato político del gobierno, provocando la mayor ineficiencia en el manejo de los recursos públicos. De 1998, pasamos de 15 ministerios a más de 30 y de 1,2 millones de empleados públicos a más de 3 millones.
Ese desempleo disfrazado está ahogado por la baja en los precios del petróleo, única fuente que pudo financiar nuestro desarrollo. Esos recursos fueron despilfarrados para mantener el proyecto político del socialismo del siglo XXI.