Caracas, 01 de septiembre de 2013.- Esa emblemática canción parece por desgracia, nunca perder vigencia en nuestro país. Resume en una línea una caracterización clara de lo que ha sido este gobierno de Nicolás Maduro, una crisis permanente que cada vez se nos hace más difícil superar, como atravesar un caudal de intempestiva corriente en dos ruedas.
¿Y cómo no va a ser así si siguen aplicando las mismas fórmulas que han fallado en el pasado para dar soluciones a crisis permanentes, un ciclo de vicios, problemas y soluciones erradas?
Un gobierno de guiones reciclados. En vez de solucionar los verdaderos problemas que nos aquejan como la inflación, la escasez y la inseguridad, es preferible acudir a la persecución política, al acoso a diputados y a la denuncia de magnicidios.
En vez de construir viviendas verdaderamente dignas, entregan de forma improvisada espacios con servicios deficientes, mal hechos que deben ser desalojados en muchos casos, sin que ningún culpable pague por el despilfarro de ese dinero.
En vez de atender la crisis hospitalaria, negociar contratos colectivos con los gremios, se crea un Estado mayor que excluye a 230 de los 241 centros de salud que se encuentran bajo la administración del gobierno central. ¿Otro Estado Mayor para qué? ¿Qué entienden por Estado Mayor si dejan por fuera del plan a la mayoría de los hospitales?
Además, vale la pena preguntarse a propósito de esta idea reciclada: ¿dónde quedó el Estado Mayor para las lluvias? ¿O el Estado Mayor para la reconstrucción de Caracas?
Promesas vencidas, conflictos laborales, equipos obsoletos. Ello nos caracteriza en todos los sentidos: educación, salud, infraestructura, empresas básicas. Mientras tanto, es más fácil dedicarse a alimentar todas y cada unas de las teorías conspirativas que obsesionan a los jerarcas del Gobierno, en vez de investigar las causas reales de la inseguridad que aqueja al pueblo, a las personas que mueren por arbitrariedades de las fuerzas policiales, o los niños que cada vez son más atravesados en la línea de fuego. Un gobierno de posturas narcisistas.
Desgraciadamente seguiremos atravesando el Niágara en bicicleta mientras sigamos siendo gobernados por individuos que no entienden que la democracia como sistema político implica la representación y la convocatoria de todos los actores para solucionar y evitar crisis. Son muchos los que tienen las soluciones y respuestas que quiere y necesita el venezolano, la actitud soberbia debe dejarse a un lado y dar espacio para que todos sean incluidos en esa tarea. En vez de gobernar desde la minoría deberían convocar a la mayoría del país que sí tiene las soluciones.