El derecho del que gozan las Iglesias y las comunidades religiosas para ordenar sus asuntos en forma autónoma debe preservarse, así como también su libertad para cumplir con su tarea predicadora. Apoyamos decididamente la contribución de las Iglesias, su responsabilidad compartida y su aporte al bien común.
Entendemos que la preservación de los valores religiosos que fundamentan nuestra democracia liberal, especialmente la inviolabilidad de la dignidad humana, es una aspiración conjunta de todas las iglesias históricas que hacen vida en Venezuela. Primero Justicia promueve la colaboración financiera y legal del Estado con todas aquellas actividades desarrolladas por las iglesias dirigidas a dignificar la vida de los venezolanos.
Para su libre desarrollo, la persona precisa esparcimiento y tiempo libre para descansar. Fuera del ámbito laboral, existe una variedad de posibilidades para desarrollar las capacidades creativas, para asumir compromisos políticos y sociales o para seguir las aptitudes artísticas o deportivas. No deseamos que la industria del ocio sea la que primordialmente se encargue del tiempo libre y del deporte.
Apoyamos decididamente las actividades voluntarias en asociaciones, gremios, en la comunidad y otros campos sociales que contribuyan a intensificar y humanizar la convivencia. Nuestro sistema educativo debe capacitar a las personas para estructurar inteligentemente su tiempo libre.
El deporte, especialmente el deporte popular practicado en comunidades, asociaciones y clubes, cumple con el propósito de mantener la salud y de fomentar el rendimiento en todas las etapas de la vida. Combina entretenimiento y la exigencia personal con la posibilidad de reunirse y asumir compromisos dentro de un grupo.
El deporte brinda un aporte esencial a la formación de la personalidad y contribuye a la integración en la comunidad. El fomento del deporte, tanto popular como de alta competencia, debe seguir siendo un cometido obligatorio del sector público.
La cultura es esencial para el despliegue de las fuerzas creativas del ser humano y, por lo tanto, para la creatividad de nuestra sociedad en su totalidad. El encuentro con la cultura profundiza la comprensión de la vida. Por eso, ratificamos la libertad del arte y el principio de promoción estatal de la cultura.
La vida cultural de nuestra democracia abarca la toma de conciencia de nuestra herencia cultural y mide la riqueza intelectual de nuestra comunidad. Deseamos brindar a todos la posibilidad de participar, ya sea de manera pasiva o activa, en la vida cultural y continuar desarrollando nuestra colorida sociedad cultural, incluyendo formas tan diversas como el arte popular tradicional o las nuevas formas de producción artística.
Debemos convertir la interrelación del hombre con la naturaleza y con el medio ambiente en un principio rector de nuestras acciones. El principio de causalidad y de previsión son los fundamentos del orden ecológico.
Deseamos que el peso de los costos originados por la falta de precaución hacia el medio ambiente y por su utilización recaiga sobre todos los que, ya sea como productores o como consumidores, los hayan causado. Esto sólo se podrá garantizar cuando los costos se reflejen en precios ecológicamente auténticos. Con ello daremos señales y crearemos impulsos para un comportamiento preservador del entorno.
Los instrumentos para lograr estos objetivos son la legislación marco de ordenamiento y los estímulos del mercado y la mediación y conciliación de intereses. A través de estos instrumentos se puede integrar el desarrollo con la preservación de los escasos bienes de la naturaleza.
Partiendo de la responsabilidad individual en una economía que impulse la justicia social, queremos aprovechar primero todas las posibilidades de cooperación entre entes públicos y privados antes de recurrir a la reglamentación estatal.
Para Primero Justicia, el desarrollo es el proceso de aumento de las capacidades y libertades de los venezolanos para vivir con dignidad pero sin comprometer el potencial de generaciones futuras. Es el paso de una vida menos humana a una vida más humana.
En la visión de Primero Justicia los venezolanos no son meros beneficiarios de programas asistenciales, sino verdaderos agentes de cambio y de progreso. No basta proporcionar bienes y servicios materiales a grupos que padecen privaciones, sino que además deben ampliarse sus capacidades humanas.
Nuestra visión de desarrollo se basa en ampliar las oportunidades humanas. Para Primero Justicia, el desarrollo debe ser sustentable, lo que implica que los intereses de las generaciones futuras reciban la misma atención que las del presente.
Unido al desarrollo sustentable se encuentran los derechos humanos. Primero Justicia considera que es imposible construir el desarrollo sin un respeto irrestricto e irreducible a los mismos. Construir una sociedad donde el respeto a los derechos humanos sea parte esencial de la cultura es un requisito fundamental para humanizar a nuestra sociedad.
Igualmente, el desarrollo sustentable y el respeto a los derechos humanos suponen el fomento de principios esenciales para la modernidad. Estos incluyen el acceso a la justicia, el respeto y fomento de la propiedad y del estado de derecho y la igualdad frente a la ley.
Para Primero Justicia es imposible hablar de derechos humanos, desarrollo, dignidad humana, igualdad de oportunidades o subsidiariedad si el pueblo no puede hacer valer sus derechos. Por ello la piedra angular, el cimiento desde donde comenzamos a construir nuestro sueño humanista, es precisamente que exista justicia para todos los venezolanos.
Los Teques, 24 de junio de 2015.- El secretario para el progreso educativo de Miranda, Juan Maragall, sostuvo una nueva reunión con representantes de distintas organizaciones sindicales de la entidad para discutir la situación presupuestaria y deudas que vive actualmente el estado con sus empleados.
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