La plenitud de la dignidad de la persona humana a través de la realización de la justicia social es nuestro fundamento espiritual y el punto de partida histórico de nuestro partido.

Por ello, la dignidad y la vida humana, aún antes de nacer, son inviolables. Respetamos a cada ser humano como una persona singular e inalienable en todas las fases de su vida. La dignidad del hombre es la misma, independientemente del sexo, la raza, la edad, la salud, el grado de discapacidad, la nacionalidad, la convicción política y religiosa, el éxito, el fracaso y el juicio de los demás.

El papel central de la dignidad humana y de los valores básicos que de allí se derivan son la base y la orientación de nuestro accionar político

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Abogamos por el derecho al libre desarrollo de la persona como un ser ético que puede decidir y actuar de manera inteligente y responsable. La política debe garantizar el espacio de libertad que precisan los seres humanos.

La libertad abarca derechos y obligaciones. Quien exige libertad para sí mismo debe reconocer la libertad de sus semejantes.

El ser humano sólo se desarrolla en comunidad. Entendemos que el ejercicio de la libertad individual sin asumir responsabilidad hacia sí mismo y su comunidad es éticamente imposible. Rechazamos el falso concepto de individualismo a costa de los demás.

Deseamos fortalecer el sentido de la responsabilidad y del bien común, de las obligaciones y las virtudes cívicas. Para ser realidad para todos, la libertad requiere ser acompañada por la justicia social.

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Para la consecución de la libertad, es necesario desenvolverse en la vida en forma responsable. De allí se deriva el principio de subsidiariedad para el ordenamiento de la vida en la sociedad, según el cual el Estado debe renunciar a emprender aquellas tareas que bien puedan cumplir los ciudadanos o las comunidades inmediatamente inferiores.

Se debe reservar al ciudadano aquello que él sea capaz de ejecutar, ya sea por sí mismo, en el seno de su familia o con la colaboración voluntaria de los demás. El principio de subsidiariedad tiene vigencia para las comunidades grandes y pequeñas, así como para las asociaciones libres y las instituciones del Estado. Es inherente a las obligaciones del Estado y de la comunidad facilitar y fomentar el cumplimiento subsidiario de las tareas.

Sin embargo, el principio de subsidiariedad también exige que las comunidades mayores, hasta llegar al nivel estatal, intervengan sólo cuando las exigencias sociopolíticas superen la capacidad del individuo o de la comunidad más pequeña.

Proponemos tanta sociedad civil cuanta sea posible, tanto Estado como sea necesario; tanto municipio cuanto sea posible, tanto gobierno regional como sea preciso, y tanto gobierno nacional como sea imprescindible.

Primero Justicia tiene la convicción de que frente al dogma de puro Estado no vale el otro dogma de puro individuo. En contraposición a ambos, promovemos la multiplicación del tejido social entre la familia y el Estado a través de la participación en la sociedad civil y la creación de capital social.

Reafirmamos que la participación ciudadana conduce a la transparencia del poder, al mismo tiempo que contribuye a que el patrimonio público sea de hecho público y no capturado por intereses particulares. Entre el Estado Social Burocrático que presta en forma monopolista e ineficiente los servicios sociales, y el Estado Neoliberal que se asume mínimo y claudica sus responsabilidades sociales, postulamos un Estado Social-Humanista que tutele los derechos sociales en asociación con las organizaciones no estatales que prestan esos servicios de manera eficiente y flexible.

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Nuestra sociedad depende de la disposición de sus miembros a ser productivos y trabajar por el progreso de todos. Éste es uno de los fundamentos esenciales para el bienestar y la paz social, y por ello deseamos incentivar la voluntad individual hacia el rendimiento. La creación de riqueza por parte de la sociedad es un presupuesto esencial de la calidad y alcance del bienestar social.

Creemos firmemente que un país pobre no puede tener derechos sociales de país rico. Por ello, Primero Justicia promueve un esfuerzo cultural para enraizar con más fuerza la cultura del trabajo, la superación personal y la iniciativa personal.

Creemos que uno de los grandes retos de nuestra generación consiste en sentar las bases para el desarrollo de la fuerza creadora de los venezolanos como motor de una economía moderna y una nueva visión del manejo del petróleo con el fin de deshacernos de la cultura rentista y poder armonizar justicia social y creación de riqueza.

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La solidaridad es expresión de la naturaleza social del ser humano.. El objetivo de lograr una vida humanamente digna para todos nos obliga a actuar en forma solidaria. La solidaridad debe estar dirigida hacia aquellas personas que no pueden hacer valer sus derechos fundamentales por sí solas.

El individuo y la comunidad dependen de la colaboración solidaria de todos. Cada uno tiene el derecho a recibir y el deber de ofrecer solidaridad, contribuir a través de su trabajo y su progreso a que todos en comunidad intervengan en favor del individuo.

Reconocemos y afirmamos esta reciprocidad entre la responsabilidad del individuo y de la comunidad. Sin embargo, allí donde la capacidad de los individuos, de las asociaciones libres de los grupos o de la comunidad se vea superada, el Estado debe prestar ayuda.

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Miranda, 23 de septiembre de 2017.- Durante una visita al sector El Nazarenos, en Maca, Petare, el candidato a la gobernación del estado Miranda por la Mesa de la Unidad Democrática, Carlos Ocariz, aseguró que la  vía electoral representa un escalón más para lograr el cambio en el país.

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