Caracas, 22 de septiembre de 2014.- Absolutamente consternada con las últimas noticias, pues este régimen no deja de sorprendernos y no sabemos aun que se le ocurrirá mañana. Aquí no tendremos reinados, ni príncipes de que ocuparnos, pero tenemos a Nicolás, suficiente como para mantenernos distraídos y mortificados diariamente. Simplemente ya no saben qué otra cosa hacer e inventar para acallar voces y censurar la libertad de expresión, la poca o casi ninguna que nos queda.
Caracas, 22 de septiembre de 2014.- Mucho se ha hablado en los últimos días por intermedio de un sector político del país de la necesidad de convocar a nuestro pueblo para un proceso constituyente. Sobre este asunto me gustaría hoy dar algunas ideas que me llevan a pensar que no es realmente la alternativa más correcta para encaminar a nuestra Venezuela hacia una salida de la crisis.
Caracas, 22 de septiembre de 2014.- Entrenados y financiados en el imperio, un batallón de mosquitos Aedes aegypti y Aedes albopictus, fue enviado a Venezuela como parte de la guerra bacteriológica contra el gobierno nacional. Tras una larga preparación en los pantanos “miameros”, llegaron al país por miles para tratar de debilitar a la revolución bolivariana a punta de dengue y chikungunya. El plan, sin embargo, fue descubierto gracias a un minucioso trabajo de los órganos de inteligencia venezolanos, siempre neutralizando las intenciones macabras de la derecha.
Caracas, 22 de septiembre de 2014.- ¿No lo sabían? Ya el Guaire es navegable ¡En serio! Revisen el diario, allí está el titular al lado del que dice "Inaugurado Gasoducto del Sur". Tantas obras inauguradas que sólo me da admiración: El sistema de Ferrocarril Nacional llega desde hace tiempo a Valencia y Puerto Cabello, tantos hospitales, ambulatorios, autopistas, ya no hay niños de la calle, tenemos la inflación más baja del mundo, nuestros educadores, policías, bomberos y médicos, todos felices con sus salarios ¡Claro! De los mejores del mundo.
Barcelona, 19 de septiembre de 2014.- Tanto libros sagrados como profanos pregonan que las pestes que asolaron al mundo antiguo eran un castigo de los dioses. Incluso, pensadores racionales como Aristóteles, atribuían estas epidemias a la influencia de los astros. Fue Hipócrates –padre de la medicina- quien habló en sus textos de la calidad del aire y del agua, entre otras consideraciones. Lo cierto es que hubo plagas que fueron devastadoras para el mundo griego como la Peste de Atenas (428 AC), que posiblemente fue decisiva en la Guerra del Peloponeso. El invencible imperio romano también fue azotado por pandemias, hasta Marco Aurelio fue víctima de la primera de ellas. Grandes epidemias cambiaron el curso de la historia: en el año 637 las fuerzas romanas y persas mermaron ante los ejércitos musulmanes. Otro ejemplo: la Peste Negra, la gran epidemia que -a mediados del siglo XIV- flageló a casi toda Europa. Mis amables lectores pensarán que este es el preámbulo para hablar del Dengue o del Chicungunya, pues no. Aunque ciertamente vamos a referirnos a sus causas, a la verdadera plaga que azota a Venezuela: la boliburguesía del PSUV. Una plaga roja, rojita aunque a veces luzca verde oliva.