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Caracas, 26 de febrero de 2015.- Cinco días después que el alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fuera detenido por supuestamente conspirar contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, el chavismo apuntó a su siguiente blanco en las filas opositoras: el diputado Julio Borges, acusado también de querer derrocar al mandatario, por lo que podría perder su fuero parlamentario con el proceso iniciado ayer por la mayoritaria bancada oficialista.

Borges, del partido Primero Justicia, la agrupación del ex candidato presidencial y líder de la oposición Henrique Capriles, fue acusado a principios de febrero por el presidente de la Asamblea Nacional y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, de participar en una supuesta conspiración, la "Operación Jericó".

De acuerdo con el gobierno, con esa operación, importantes dirigentes opositores buscarían captar a elementos de la fuerza aérea para dar un golpe de Estado que incluiría bombardeos sobre el palacio presidencial de Miraflores.

Borges sería el quinto diputado opositor desaforado en este período y estaría impedido de competir en las elecciones legislativas previstas para el segundo semestre de este año.

Pero el dirigente y diputado cree que el acoso del oficialismo jugará a favor de la oposición en los próximos comicios y hace un llamado al gobierno de la presidenta Michelle Bachelet.

-¿Qué dice de las acusaciones de conspiración que el gobierno de Nicolás Maduro hizo contra usted?

-La historia que hemos construido con nuestro partido político, el principal de la oposición como lo demuestran las votaciones, es que siempre hemos llamado al gobierno al diálogo. Eso es un testimonio muy claro de que estuvimos totalmente divorciados de la violencia y de toda salida que no sea constitucional.

-¿Qué busca el gobierno con el acoso a altos dirigentes de la oposición?

-Yo creo que el problema que tiene el gobierno es que en las próximas elecciones nosotros vamos a tener la posibilidad real de obtener un triunfo y lograr construir una mayoría parlamentaria. Por eso el gobierno busca desviar la atención de la grave crisis social y política que estamos viviendo, respondiendo con judicialización, con confrontación política, con miedo, y creo que ése es el peor camino que puede tomar una administración para enfrentar una crisis.

Para que Borges pierda su inmunidad, tiene que ser presentada una demanda ante la fiscalía, proceso que el partido de gobierno realizó el lunes pasado; ahora el Tribunal Supremo de Justicia debe autorizar el retiro de la protección legal, decisión que debe ser avalada por la Asamblea Nacional.

-Si no puede participar en las elecciones legislativas, ¿cómo podrá ayudar a la oposición?

-Al final, el problema no es Julio Borges, sino que es un país entero que quiere un cambio. Creo que este tipo de acciones lo que produce en la gente es más ánimo de renovar, más ánimo de votar. Las últimas encuestas muestran que el gobierno perdería las elecciones parlamentarias en una proporción de 3 a 1, y creo que recorrieron un camino muy torpe para enfrentar esta realidad.

-¿Cree que el gobierno erró la estrategia al perseguir a los líderes de la oposición?

-Totalmente, es una estrategia equivocada. Yo creo que, en una crisis social y económica tan profunda, a un gobierno lo que le toca es llamar al país, sumar, convocar, lograr que todo el mundo se sienta parte de la solución, y no enfrentar, perseguir y meter miedo a la sociedad. Creo que es el peor camino que cualquier gobierno, en cualquier parte del mundo y de la historia, puede tomar.

-¿Por qué cree que el gobierno de Maduro no tomó acciones contra Henrique Capriles, líder de la oposición?

-A él también lo trataron de meter en este tema de la conspiración. En Venezuela, toda persona que piensa diferente está en esa lista, ya sea empresario, trabajador, dirigente político o periodista.

-¿Por qué cree que, pese a la crisis, la baja popularidad y el desastre que vive el país, el presidente Maduro logra mantenerse en el poder?

-Depende de cómo él atraviese esta crisis que se agudiza cada día. Si él tiene la sensatez de hacer las reformas que hay que hacer, de convocar al país, de cambiar la manera como se hace política y sustituir la violencia por el diálogo, Venezuela podría ser otra, pero, lamentablemente, está tomando la calle ciega de la radicalización, y eso, en lugar de ayudar, agudiza la crisis.

-¿Cómo puede ayudar el gobierno de Chile a buscar soluciones para la crisis en Venezuela?

-Al gobierno de Chile le pediría que en este momento, a través de la Unasur, ayude a que se abra un espacio de diálogo en Venezuela, y que en lugar de tener que venir cuando haya más violencia, se pueda plantear un espacio que prevenga más violencia. En eso Chile y la presidenta Michelle Bachelet pueden jugar un papel muy importante para que el resto de los países de la región ayuden a la construcción de ese espacio de diálogo.

-¿Qué le parece la respuesta de la región? ¿Considera que hubo silencio?

-Perú por primera vez tiene una respuesta contundente; el canciller de Ecuador dijo que quería el diálogo; el presidente Juan Manuel Santos en Colombia también habló, lo mismo que Brasil. Hace falta que hable Chile, que se pronuncie enérgicamente sobre lo que sucede en Venezuela. El resto de los países han hablado y han apuntado en esa misma dirección.

Categoría: PJ en las Noticias